Todas las hermandades ya se encuentran en la aldea de El Rocio, aguardando el momento que llevan esperando todo el año.
El miércoles y jueves fue el turno de las hermandades de Sevilla que arrancaban sus pasos en las primeras horas del día tras la misa de romeros. Al igual que otros años, me quise acercar a las Hermandades de la Macarena y Triana el miercoles y Sevilla el jueves.
A las ocho de la mañana del miércoles iniciaba el camino la Hermandad de la Macarena, desde la Parroquia de San Gil, para continuar con su saludo en la Basílica a la Macarena y proseguir por la calle Feria buscando la Alameda y la Plaza de San Lorenzo, momento en el que me desdoblé buscando el Altozano, donde estaban todas las carrretas de peregrinos esperando en la calle San Jacinto. El simpecado justo delante de la capilla de los Marineros haciendo su saludo, y una marea de romeros inundando toda la calle Pureza hasta más allá del Altozano donde ya se había alargado el cortejo y se dirigían por la calle Castilla para saludar a las Hermandades de la O y el Cachorro.
Con la torre Pelli de testigo se despedían los últimos peregrinos en su camino al Rocio.
La mañana del jueves también amanecía con ilusión para todos los que hacían el camino con la Hermandad de Sevilla. A las 9 de la mañana comenzaban su andar desde la Plaza del Salvador, dirigiéndose hacia el ayuntamiento para saludar a la corporación municipal, para de ahí, continuar hacia la Catedral, Reales Alcázares, callejear hasta la Tore del Oro y ya proseguir su camino hasta las afueras de Sevilla a través de Virgen de Luján.
Mañana tendrán su esperando encuentro con la Blanca Paloma.
Mañana tendrán su esperando encuentro con la Blanca Paloma.
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