Esta época del año en la que el buen tiempo va asomando, y se comienza a desempolvar esas cajas con toda la ropa de verano, que escondemos bajo la cama o en el altillo del armario, es la mas deseada por mucha gente. Las temperaturas ya invitan a salir a la calle en pantalón corto, sandalias, disfrutar de alguna terraza, del aire fresco, la playa, el mar o la misma orilla del río. Sobran excusas para salir a pasar un buen rato a la calle, como no podía ser de otra manera.
Pero además del buen tiempo, playas y terrazas al aire libre, esta época supone el comienzo de una temporada muy especial para los amantes del ocio, las casetas y los trajes de flamenca. Y es que es temporada de Ferias. Los hay quien señalan en rojo en el calendario las semanas clave de Sevilla, Jerez, Córdoba, Granada o Málaga, por destacar las mas importantes, sin mencionar las ferias que se celebran en los diferentes pueblos de Andalucía, que por seguro son mas atractivas por su carácter personal y cercano.
Como se dice de esa famosa ardilla que podría cruzar España saltando de árbol en árbol, un feriante podría saltar de feria en feria durante todo el verano tocando suelo solo para bajar a la playa.
Por esa misma razón, como es la época, quiero recordar una feria, la de Sevilla, cual si no, de este pasado abril. Un feria que aglutina a centenares, a miles de personas en un mismo recinto, en su mayoría con un mismo propósito, el de divertirse.
Y es que para un sevillano, el rotulador rojo se le gasta al señalar fechas en el calendario.
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