Hoy se celebra el Día Internacional de los Museos. Y así
viene siendo desde el año 1977 en el que el Consejo Internacional de Museos, el
ICOM, tomó la decisión de hacer este día
internacional.
Un museo, ese gran baúl que encierra arte, historia y
cultura. A veces poco transitado, medio olvidado, quizás poco interesante para
el público. Quizás el desconocimiento, quizás la desidia, quizás una educación
sin base sean los motivos para encontrar salas casi vacías de público. Tesoros
al alcance de una mirada que esperan ser desgranados en busca de detalles que
están tan a la vista y a la vez tan escondidos en el cuadro o la escultura que
sólo a través del detenimiento y el análisis de la obra se pueden llegar a descubrir
y comprender la totalidad del mensaje que siglos antes pintó o esculpió el autor.
“Los Museos son un importante instrumento para el
intercambio cultural, el enriquecimiento de las culturas y en avance del mutuo
entendimiento, de la cooperación y de la paz entre los pueblos”. No dejemos de
visitarlos, no dejemos de aprender, no perdamos el interés. Un museo siempre
será un estímulo, una puerta abierta a la cultura, un dintel que separa lo
cotidiano de lo extraordinario.
Es sencillamente mágico pararse ante un cuadro y conocer su
historia, su mensaje, dejar que te transmita.
Aquí en Sevilla, en pleno centro histórico, ocupando las
naves que antaño fueran convento de la Orden de la Merced Calzada de la Asunción,
se ubica desde 1835 el Museo de Bellas Artes. Creado por Real Decreto el 16 de
Septiembre como Museo de Pinturas, no es hasta el 1849 cuando comienza a ser
gestionado por la Academia de Bellas Artes de Sevilla. De no ser por los saqueos que sufrió la ciudad
durante la invasión francesa y las numerosas obras que fueron malvendidas a lo
largo de la historia, seguramente hoy, este museo estaría entre los más
importantes del mundo.
Este hecho no le resta valor, ya que en su interior alberga
obras de arte de gran nivel. Y curiosamente se permite hacer fotografías en el
interior de las salas. Este detalle siempre me ha llamado a atención cuando en
otros museos es impensable. Quizás llegue algún día en el que por seguridad o
por cualquier otro motivo no se permita fotografiar, y sería algo comprensible.
Pero aprovechando este hecho, quise hace algún tiempo ya
acercarme por el museo a hacer un ejercicio de composición que me encanta. La abstracción.
Aislar un detalle de un cuadro, centrarme en algo que puede llegar a pasar
desapercibido y darle protagonismo. Un cuadro ya es en sí una verdadera obra de
arte de la composición en la que el artista ha querido mostrar un momento a
través de un enramado de trazos, tonos y distribución de personajes en la escena.
A través de la observación, se puede llegar a separar todos esos detalles que
componen en su totalidad la obra, y como digo, darles protagonismo.
Es un ejercicio este muy gratificante, al que invito a realizar
a todo amante de la fotografía, con el fin de educar nuestra visión, aprender a
mirar, mejorar nuestra composición, fijarnos a través de nuestro visor qué
estamos fotografiando, cuidar donde cortamos nuestra fotografía y conseguir un
punto de vista diferente y personal de una gran obra de arte.
Detalle del "Juicio Final", perteneciente al retablo del convento de San Agustín de Sevilla. Autor: Martin de Vos
Detalle de "La venida del Espíritu Santo". Autor: Juan de Roelas
Detalle de "San Bartolomé con el Niño". Autor: Bartolomé Esteban Murillo
Detalle de "Piedad". Autor: Bartolomé Esteban Murillo
Detalle de "Dolorosa". Autor: Bartolomé Esteban Murillo
Detalle de "Aparición de Cristo a San Ignacio camino de Roma". Autor: Juan de Valdés Leal
Detalle de "Fray Pedro Fernández Pecha". Autor: Juan de Valdés Leal
Detalle de "San Sebastián". Autor: taller de Ribera
Detalle de "El Beato Enrique Susón". Autor: Francisco de Zurbarán
Detalle de "Cristo Crucificado". Autor: Francisco de Zurbarán
Detalle de "La Muerte del Maestro". Autor: José Villegas Cordero
Detalle "La Comunión de la novicia". Autor: Alfonso Grosso
Extraordinario
ResponderEliminar