Ya si. Hace dos semanas que terminó la IV edición de We Love Flamenco. Ya están todos los trabajos entregados y por consiguiente, todos los clientes satisfechos por los resultados.
Echo la vista años atrás, a la primera edición de este desfile a la que fui...comparo los resultados, y me doy cuenta que mi punto de vista sigue siendo similar. Noto la evolución en la calidad de los trabajos, la soltura para conseguir los resultados que antes me costaba alcanzar, la fluidez para improvisar y la claridad a la hora de saber qué quiero y cómo lo quiero.
Presentarse ante un diseñador, ofrecerle tu servicio como fotógrafo sin apenas experiencia y trayectoria que te respalde es muy complicado. Tan sólo es posible cuando se transmite la confianza y seguridad necesarias en el trabajo, y por supuesto, ofreciendo al cliente el servicio que se merece.
En la entrada anterior os decía que en un desfile, me gusta siempre, además de cubrir las fotos necesarias para el cliente, buscar las fotografías mas personales, que me definen, las que se alejan de lo común. Busco siempre ese punto estético, dónde sólo exista una predominante en la fotografía, un detalle, una mirada que incluso haga pasar desapercibido el traje...busco la abstracción. Dije, y me reafirmo en ello, que la fotografía es un arte, y nunca debería dejar de serlo, sea cual fuere el trabajo.
Por eso, sólo puedo dar las gracias a todos y cada uno de los diseñadores que han depositado su total confianza en mi para cubrir sus desfiles este año en We Love Flamenco, y los que lo van a hacer en SIMOF y la Pasarela Flamenca de Jerez.
Es mi visión subjetiva de los desfiles con la que me dejo caer por este blog. Una apuesta por el blanco y negro en unas fotografías llenas de color, dibujos y diseños.
Una apuesta arriesgada si, pero es mi apuesta.
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