La gran empresa sueca Ikea lleva organizando cuatro años un concurso de moda flamenca en el que alumnos de diseño de la escuela Sevilla de Moda presentan sus propuestas con una única condición: usar para sus diseños textiles de la firma. La cuestión es hacer un traje con cualquier tejido de los que vemos en las tiendas. Sin duda es un ejercicio de imaginación y originalidad.
Hasta tal punto llega la originalidad que sólo los empleados de la tienda deben saber a primera vista qué se ha empleado para cada traje. Toallas, nórdicos, cortinas o fundas de sofá visten a las modelos.
Éste año, doce diseñadores mostraron sus propuestas de cara al público asistente. Una iniciativa muy atractiva que reúne a bastante público en torno a la improvisada pasarela.
Y para completar este artículo, quiero recordar con vosotros las fotos que hice el pasado año para Ikea, tras celebrarse este mismo desfile. Con el ganador y los dos finalistas, y en colaboración con la escuela Sevilla de Moda con quien ya había trabajado en otras ocasiones. Las tres modelos a quienes correspondió desfilar con los trajes ganadores repitieron de nuevo en esta editorial. Procurando hacer las fotos con la mayor tranquilidad posible, se comenzó el trabajo de maquillaje y estilismo a primera hora para poder desplazarnos a la feria antes del medio día, cuando la actividad a esas horas es casi nula, exceptuado los turistas y curiosos que deambulaban sin rumbo fijo por las calles del Real.
Fue un trabajo sencillo, sin mucho tiempo que perder y usando luz natural en todo momento para simplificar. El resultado de este trabajo se pudo ver en el periódico ABC de Sevilla, en su apartado especial de la Feria.
Un trabajo del que me siento satisfecho, y este año espero poder repetir.