lunes, 26 de octubre de 2015

PUNTO DE VISTA DESDE LA VENTANA DE LE GRAS

    Es posible que si leéis este nombre, "La Cour du Domaine De Gras" o "Punto de Vista desde la Ventana de Le Gras" no os suene de nada. Por el contrario, al ver la siguiente foto seguro que ya sabéis de qué se trata. ¿Conocéis la foto? Os habéis parado a pensar ¿qué ha sido de esa foto a lo largo de todos estos años? ¿Dónde se encuentra?. Si hablamos de la Gioconda, nos viene a la cabeza el Museo del Louvre...o si mencionamos la Rendición de Breda pensamos en el Museo del Prado, pero ¿que ha sido de la fotografía permanente mas antigua que se conserva?. 


    Hoy de nuevo intento acercaros un poco la historia y descubriros un episodio mas del que poder hablar en vuestras quedadas.




    Se trata, como he mencionado antes, de la fotografía permanente mas antigua que se conserva. Fue tomada por Joseph Nicéphore Nièpce en De Gras, la casa de sus padres en Sain-Loup-de-Varennes, en el año 1826-27. Esa era la visión que tenía desde su balcón. Calculó una exposición de unas 8 horas para realizar la toma y aún así, la foto salió subexpuesta. Utilizó su cámara oscura con una placa de peltre de 20 x 25 cm tratada con betún de judea y posteriormente lavó la placa con una mezcla de petróleo blanco y lavanda, disolviendo las partes de betún que no se habían endurecido con la luz, consiguiendo así fijar la imagen y hacer historia. Lograrlo le había costado diez años de experimentos. 

    Tras conseguir este logro, en octubre de ese mismo año, Nièpce viaja a Londres con la intención de dar a conocer sus trabajos. Allí entabla amistad con Franz Andreas Bauer, artística botánico, naturalista, microscopista de origen austriaco. Éste, en su condición de miembro de la Royal Society, intenta hacer llegar a Nièpce hasta algunos de los miembros mas influyentes de la entidad. Por desgracia, la mala fortuna y la profunda crisis económica en la que estaba sumergida dicha institución, obligan a Nièpce a regresar a Francia sin haber conseguido su propósito. Nièpce, profundamente agradecido a Franz Bauer por sus esfuerzos, decide regalarle a éste algunos de sus trabajos, y entre ellos, su "Punto de Vista desde la Ventana de Le Gras".

    El siguiente dato del que se tiene constancia de la foto es una exposición de los artefactos de la fotografía de Niepce celebrada en Londres en 1898, durante el Salón Internacional de la Royal Photography Society. A partir de ahí se le pierde la pista por completo. 

    En Londres, en el año 1945, Helmut Gernsheim, hijo de un librero judío alemán de Munich, había comenzado a interesarse por fotografías antiguas. Por poco dinero fue haciéndose con incunables de la fotografía. Obras de Wylliam Henry Fox Talbot, David Octavius Hill, Jean-Jacques Mandé-Daguerre, etc...y entre todos ellos fijó su atención en encontrar "El Punto de Vista de Le Gras", con el único dato de que la foto estaba en Inglaterra. Esa motivación coleccionista fue infundada por Beaumont Newhall, fotógrafo, historiador de arte, escritor y comisario de exposiciones. 

    No fue un mal consejo ya que Helmut y su mujer Alison Gernsheim consiguieron en 1952 encontrar la fotografía de Nièpce. Además entre sus otros muchos hallazgos importantes, destaca la cámara oscura original con que se tomó la foto (actualmente expuesta en el Museo Nicéphore Nièpce de Chalon-sur-Saône).

    En el año 1961 es expuesta en Europa y dos años después, Helmut Gernsheim vendió su colección de mas de 50.000 fotografías, alrededor de 3.000 libros y 300 elementos fotográficos al Harry Ramson Center de la Universidad de Austin, en Texas. Allí se construyó una habitación especial con ambiente controlado, y se encuentra dentro de una urna de paredes de vidrio que contiene gas argón, que protege la obra de la oxidación. En los laboratorios Kodak se reprodujo la fotografía original, y aun así, tras sucesivos retoques, la fotografía no pudo ser exhibida hasta 1980. Ésa es la foto que realmente todos hemos visto y conocemos, ya que la original, como veis abajo, apenas es visible. De hecho, su descubridor, al comprarla, se creyó que era un espejo con su marco dorado. Lo curioso es que si Niepce hubiera conseguido una exposición correcta, la foto se vería estupendamente. No se ve oscura por el paso del tiempo, si no por esa mala exposición.


Heliografía original. Placa de peltre de Nièpce.
  

Heliografía de Niepce enmarcada en su urna especial, y su respectiva reproducción en los laboratorios Kodak. (Fotos EFE)


    Desde que fue expuesta en 1961 por última vez en Europa, no había vuelto al viejo continente hasta hace unos años, en 2013 regresó, para ser expuesta durante unos meses en el Museo Reiss Englehorn, en Manneheim, Alemania. El temor a que la foto pudiera sufrir desperfectos y deteriorarse al salir de Texas hizo que las gestiones durasen 10 años y se extremasen todas las medidas de seguridad posibles. 

    ¿Quién sabe cuándo y dónde se podrá volver a contemplar esta fotografía? Al menos, tras leer este artículo, cuando volvamos a verla, sabremos contar la historia de Nièpce y su heliografía.

    Espero que os haya resultado interesante.


jueves, 22 de octubre de 2015

¿QUÉ LLEVO EN MI BOLSA?

    Para muchos, la fotografía no va más allá de llevarse la cámara de vez en cuando a una reunión familiar o una escapada. Para unos pocos, la fotografía es una forma de vida, una manera de ver la realidad y expresarla, una forma de canalizar una serie de emociones en un solo fotograma con la idea de transmitir aquello que se está viendo o sintiendo. Seguro que cada fotógrafo tiene su definición de lo que es para el la fotografía. 

    Puede que os llegue ese punto en el que la fotografía se convierte en una necesidad. La de tener la disponibilidad en todo momento de una cámara y  poder hacer una foto. La necesidad de tener a mano nuestro equipo fotográfico para capturar aquello con lo que hemos topado por la calle y que nos resulta inevitablemente irresistible de fotografiar. Llegados a ese punto, empezamos a divagar mil maneras posibles de llevarnos nuestra cámara de fotos siempre encima, hasta que caemos en la cuenta de que es imposible hacerlo sin evitar salir con un peso excesivo, a menos evidentemente que tengamos una compacta.

Si tenemos una reflex, el volumen que ocuparía en nuestros bolsos es el que es, y si ya nos plantamos en una cámara más profesional, su grip, su objetivo de gama alta…acabamos dejándolo en casa. 

    Por eso surgió en mi la necesidad de buscarme mi pequeño equipo que poder llevar encima, que me permitiera hacer las fotografías que quisiera, me ofreciera una buena calidad y pudiera llevar encima con total comodidad. En resumen, poder hacerme con un “pequeño equipo de supervivencia”, como yo le llamo. Buscaba calidad y portabilidad en un mismo equipo. Y aquí es donde os voy a chivar al estilo de los vídeos de "quesabesde" qué es lo que llevo yo en mi bolso del día a día.

    Lo primero para mi fue pensar en qué iba a querer llevar encima y cómo lo iba a querer llevar. ¿Para que? Para elegir que bolsa adjudicarme. Mi intención era buscar una bolsa discreta no excesivamente grande, y sobretodo cómoda. La elección … una bolsa de National Geographic de la serie África de lona de color marrón, con los compartimientos justos y necesarios. Me gusta mucho el diseño simple, sencillo y útil de su línea de bolsas y mochilas. 

    Y la siguiente duda, ¿Qué cámara? Hacia tiempo que seguía la pista de una cámara que tras estudiar todas sus especificaciones y ver más de un vídeo cumplía a mi entender todas mis expectativas. La Canon G1 x Mark II. Una compacta de gama alta que como veis, es pequeña, discreta, bonita, y os aseguro que sorprende al cogerla en la mano, pesando alrededor del kilo. Desde que la tengo, cada día estoy más y más satisfecho con su rendimiento y sus resultados. Muchas de las fotos que veis por las redes sociales han sido hechas con esa cámara. En Sevilla, Cádiz, Isla Cristina, Madrid...


Canon G1x MkII junto a una Canon EF Analógica


    Su portabilidad y calidad como digo son una garantía a la hora de llevármela a ese típica escapada o viaje corto para ver a la familia, o pasar el día en otra ciudad y prefieres no llevarte el equipo pesado. Ni que decir tiene, que si no tenéis una reflex y buscáis una cámara que poder llevar siempre encima para viajar, no os engaño, es una buena opción.  Eso sí, sed conscientes de que no será la típica compacta de unos pocos cientos de euros, serán unos muchos cientos.

    A la G1 le sumamos alguna batería más de repuesto (llevo cuatro siempre encima, creo que el quedarme sin batería dejó de ser una preocupación hace tiempo), el visor ,que venía incluido, un parasol, y un disparador de cable que tenía ya (recuerdo que soy canonista y me vale cualquier accesorio de la marca) completan el pack. 



    Junto a la cámara, en el compartimento principal de la bolsa suelo llevar un trípode gorila grande, plegado eso si, que me da la posibilidad de, no solo apoyarlo en el suelo, sino engancharlo a una barandilla, una rama de árbol, una cornisa, casi cualquier superficie me vale a la hora de colocar el trípode.  Es una ventaja, y es lo que buscaba, portabilidad y funcionalidad.

    Como veis la palabra portabilidad se repite con cada cosa que llevo en la bolsa. Esa era la idea. 

    Sin salir del compartimento principal, la bolsa tiene un espacio perfecto para llevar mi tablet de 8 pulgadas. Es un complemento ideal de trabajo para mi, no sólo por ser un porfolio en el que puedo llevar innumerables fotos que poder mostrar en cualquier momento, o poder controlar mis redes sociales más cómodamente.  Además, en determinadas ocasiones, edito alguna que otra foto o la empleo para volcar fotos durante un viaje, por poneros algunos ejemplos. Para todo esto, llevo conmigo, ya en los bolsillos delanteros, un lector de tarjetas y usb para la tableta. Puedo leer desde una tarjeta sd, un Pen Drive e incluso un disco duro externo. Imaginaos la utilidad y las posibilidades. 
En esos bolsillos delanteros llevo también un batería externa de nueve mil miliamperios. No sabéis cuando ni cuánto vais a necesitar recargar el móvil o la tableta cuando estáis un día entero en la calle, más aún con lo poco que dura a veces las baterías de estos dispositivos.




    Básicamente, es lo que suelo llevar en mi bolsa de diario. Ligera, aunque no os lo creáis, pero completa. Muy portable,  accesible, con la capacidad de llevar lo que necesito. Y os lo digo en serio, lo uso todo.

    Si sois de esos que sentís esta necesidad, buscaros vuestro equipo mas portátil,  a vuestra medida. Daros el gusto. Si lo hacéis , al cabo de pocos días saliendo a la calle con el bolso, lo echaréis en falta cuando os lo dejéis. Haceos el hábito. Disfrutad de la fotografía. 

    Algunas fotos hechas con la G1x Mk II 








domingo, 18 de octubre de 2015

FORMULA GT EN EL CIRCUITO DE MONTEBLANCO

    Ayer sábado, hubo una jornada de conducción en el circuito de Monteblanco, en la localidad de la Palma del Condado. 

    Básicamente, la empresa que lo organiza, pone a disposición de todo el mundo una serie de coches de alta gama. Resumiendo el funcionamiento de esta jornada, el usuario compra una serie de vueltas al circuito con el coche que elija. A eso le añadimos lo que cuesta el video que por supuesto lo acabas comprando para tener el recuerdo, la cantidad de coches allí expuestos a los que fácilmente sucumbes para probar...todo es simple e irresistible. ¿Quién no se resiste a coger un Ferrari o un Lamborghini?. Tras conducir entre un coche u otro aproximadamente 5 minutos en total, te desabrochas el cinturón, te bajas del flamante Ferrari, Porsche o Lamborghini con unos 100 euros menos en el bolsillo. Eso sí,  habiendo superado la barrera de los 200 km/hr y disfrutando de la experiencia que aunque breve, quien la compre, seguro que le habrá resultado intensa.

    Por suerte lo mío son las fotos, y la mañana de velocidad me salió más barata. Así que aproveché el día de nubes y claros, la velocidad, los detalles y la fortuita lluvia que apareció en torno al medio día para volverme con unas cuantas fotos en las tarjetas de memoria.